
“Un pueblo que no puede proteger a sus caballos, no puede protegerse a sí mismo.”
— Proverbio mongol
MONGOLIA
La tierra del cielo eterno
Mongolia es un viaje al corazón de la estepa, donde el horizonte parece no tener fin y el silencio se convierte en compañero de ruta. Aquí sobreviven intactas las tradiciones nómadas, la hospitalidad se comparte en una yurta bajo las estrellas y el ritmo de la vida sigue marcado por los caballos y el viento.
El viajero descubrirá la inmensidad del desierto del Gobi, con sus dunas doradas y cañones secretos; los valles verdes del Orkhon, cuna del Imperio Mongol; y el Lago Khövsgöl, un espejo azul rodeado de taiga y montañas. Monasterios budistas como Erdene Zuu invitan a la introspección, mientras que los festivales de Naadam celebran la fuerza y el orgullo de un pueblo indomable.
Mongolia no es un lugar para coleccionar paisajes, sino para sentirlos. Un destino que invita a reconectar con lo esencial, a cabalgar bajo cielos infinitos y a escuchar la voz ancestral de la tierra.
Lo mejor de Mongolia
Desierto del Gobi
El Gobi no es solo arena: es un universo de contrastes. Sus dunas —como las de Khongoryn Els, conocidas como las “Dunas que Cantan”— se elevan majestuosas sobre un horizonte sin fin. En sus entrañas se esconden cañones como Yolyn Am, un desfiladero donde el hielo permanece incluso en verano, y valles que revelan fósiles de dinosaurios en Bayanzag, el célebre “Cementerio de los Dragones”. El Gobi es también hogar de camellos bactrianos y gacelas, un lugar donde la vastedad del paisaje recuerda lo diminuto y efímero del ser humano.
Valle de Orkhon
Considerado la cuna de la civilización mongola, este valle es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus praderas verdes y ríos sinuosos fueron testigo del esplendor del Imperio Mongol bajo Gengis Kan. Aquí se puede convivir con familias nómadas en sus yurtas (ger), cabalgar entre caballos salvajes y conocer templos como Tuvkhun Khiid, un monasterio colgado en la montaña que invita a la meditación. El valle no solo es paisaje: es historia viva, un escenario donde tradición y espiritualidad se entrelazan.
Lago Khövsgöl
Llamado la “hermana pequeña del Baikal”, este lago de aguas cristalinas contiene casi el 70% del agua dulce de Mongolia. Situado en el extremo norte, rodeado de bosques de taiga y montañas nevadas, es considerado un lugar sagrado por los pueblos locales. En sus orillas habitan comunidades de pastores de renos tsaatan, guardianes de una cultura ancestral ligada al chamanismo. Navegar sus aguas, caminar por los senderos que lo rodean o simplemente contemplar su calma azul es una experiencia transformadora.
Monasterios Budistas
Tras siglos de dominación comunista, los monasterios de Mongolia vuelven a latir con fuerza como centros espirituales y culturales. El de Erdene Zuu, construido en el siglo XVI sobre las ruinas de la antigua capital de Karakorum, es el más antiguo y uno de los más sagrados del país, rodeado de 108 estupas blancas que se funden con el cielo. El monasterio de Amarbayasgalant, joya barroca budista, se levanta en un valle remoto como un canto a la serenidad. Estos espacios no son solo templos, son reflejo del alma mongola, donde conviven budismo, chamanismo y tradición nómada.
Experiencias únicas
Dormir en una yurta
Pasar la noche en una ger tradicional, en medio de la estepa, es sumergirse en la vida nómada y en un modo de vida que apenas ha cambiado en siglos. Compartir una comida sencilla con una familia local, escuchar historias alrededor del fuego y dejarse envolver por la calidez de la hospitalidad mongola permite entender un pueblo que vive en perfecta sintonía con la naturaleza.
Al caer la noche, el cielo se despliega como un tapiz de estrellas infinitas, tan nítidas que parecen al alcance de la mano. No hay contaminación lumínica ni ruidos: solo el viento y el silencio absoluto. Al amanecer, el despertar es sereno, con el sonido de los caballos pastando y la luz dorada acariciando la estepa.
Es una experiencia íntima y transformadora, que enseña que el verdadero lujo puede encontrarse en la simplicidad de un hogar circular hecho de fieltro y madera.

Cabalgar por la estepa
El caballo no es un medio de transporte en Mongolia: es el corazón de su cultura, el compañero inseparable del nómada y el símbolo de su libertad. Montar a caballo en estas tierras es mucho más que una excursión: es un regreso al espíritu de Gengis Kan y a los guerreros que forjaron el imperio más vasto del mundo.
Las cabalgatas atraviesan praderas infinitas, ríos cristalinos y colinas suaves donde el horizonte nunca termina. No hay carreteras ni caminos: el paisaje es puro, abierto, infinito. La sensación de libertad es incomparable, y cada galope se convierte en una meditación en movimiento, donde el tiempo se diluye y solo existe el aquí y el ahora.
Es la manera más pura de conectar con el alma indómita de Mongolia, un país donde el caballo sigue siendo la extensión natural del hombre.

Vivir el Festival de Naadam
El Naadam, celebrado cada verano, es mucho más que una fiesta nacional: es la gran celebración de la identidad mongola. Durante varios días, pueblos y ciudades se visten de gala para honrar las “tres artes viriles”: la lucha mongola, el tiro con arco y las carreras de caballos, en las que los jinetes son, en muchos casos, niños que demuestran su destreza y valentía.
El ambiente es vibrante: música, trajes tradicionales, danzas y colores convierten el Naadam en un espectáculo que une a todo un país. Participar como espectador es ser testigo de una tradición que se remonta a los tiempos de Gengis Kan y que sigue viva con orgullo en cada generación. Más allá de la competición, el Naadam es un acto de comunión colectiva, un recordatorio de la fuerza, la resistencia y el espíritu de un pueblo que ha sabido mantener su esencia.

¿Cuando ir a Mongolia?
MEJOR ÉPOCA
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Junio – septiembre: clima templado, paisajes verdes y cielos despejados.
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Julio: Festival de Naadam, la gran fiesta nacional.
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Primavera y otoño: menos viajeros, noches frías, paisajes coloridos.
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Invierno: extremo (-30 °C), solo para aventureros.
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CLIMA
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+250 días de sol al año.
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Veranos cortos y secos (20–25 °C).
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Noches frescas incluso en verano.
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Inviernos largos y muy fríos.
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Cambios bruscos en un mismo día.
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A CONSIDERAR
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Traslados largos y pocas carreteras.
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Alojamiento sencillo, con opciones de campamentos boutique en yurtas.
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Experiencia nómada auténtica (té, productos locales, hospitalidad).
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Cobertura digital muy limitada fuera de Ulán Bator.
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Ropa en capas y equipaje técnico imprescindible.
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El lujo aquí es espacio, silencio y autenticidad.
Algunos alojamientos recomendados
SHANGRIL-LA
Ulán Bator
En el corazón de la vibrante capital mongola, el Shangri-La Ulaanbaatar se alza como el hotel más exclusivo de la ciudad. Su diseño contemporáneo, inspirado en la elegancia asiática, ofrece un oasis de confort y sofisticación en contraste con la energía de la urbe.<br /> Con habitaciones amplias de vistas panorámicas a las montañas y al skyline, un completo spa, restaurantes internacionales y una ubicación estratégica junto al centro cultural y financiero, es la base perfecta para comenzar o finalizar un viaje por Mongolia.<br /> Más que un alojamiento, el Shangri-La representa la transición entre dos mundos: la modernidad cosmopolita de Ulán Bator y la inmensidad ancestral de la estepa que aguarda más allá de la ciudad.
Desierto del Gobi
En el corazón del desierto del Gobi, donde el silencio es tan vasto como el horizonte, se alza Three Camel Lodge, un refugio único que celebra el espíritu nómada de Mongolia. Diseñado con respeto absoluto por la tierra y sus tradiciones, el lodge combina confort y autenticidad en un entorno de extraordinaria belleza.<br /> Sus gers tradicionales, creados por artesanos locales, invitan a experimentar la vida mongola con elegancia y sencillez. Cada detalle —desde los muebles hasta los ingredientes de su cocina— nace de la tierra y de las manos de quienes la habitan. Aquí, el lujo se mide en autenticidad: compartir té con una familia nómada, escuchar el viento del Gobi al anochecer y contemplar un cielo estrellado que parece infinito.
THREE EAGLE CAMP
Ulgii
En el extremo occidental de Mongolia, donde las montañas del Altái rozan el cielo y las águilas reales vuelan en libertad, se encuentra Three Eagle Camp. Este exclusivo campamento ofrece una ventana única a una de las regiones más remotas y auténticas del país: la provincia de Bayan-Ülgii, tierra de los legendarios cazadores con águilas.<br /> Sus gers tradicionales, cómodamente acondicionados, permiten vivir la esencia nómada sin renunciar al confort. Desde aquí se exploran paisajes de glaciares, valles alpinos y comunidades kazajas que aún conservan intactas sus costumbres ancestrales. Compartir una jornada con un cazador de águilas, asistir a un festival local o simplemente contemplar la inmensidad de la estepa son experiencias que convierten cada estancia en algo irrepetible.











